Una doctora en el Hospital Taiwán.

Es preocupante ver cómo una situación que debería ser tratada con empatía y profesionalismo se convierte en una confrontación tan tensa. La falta de atención médica adecuada para un niño enfermo es inaceptable, y es comprensible la frustración de la madre ante esta situación.

Es fundamental que los profesionales de la salud actúen con sensibilidad y respeto hacia los pacientes y sus familias en todo momento. La actitud despectiva mostrada por la Dra. Figuereo no solo es inapropiada, sino que también socava la confianza en el sistema de salud y en la atención médica en general.

Esperemos que las autoridades del Hospital Taiwán de Azua tomen medidas rápidas y efectivas para abordar este incidente y asegurar que todos los pacientes reciban el cuidado y la atención que merecen. La calidad de la atención médica no debería depender de la discreción personal de un profesional de la salud, sino que debe ser un derecho universal para todos los pacientes.

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