Un llamado urgente sobre las malas prácticas en cirugías estéticas en República Dominicana
hace 2 minutos · Actualizado hace 2 minutos
El fallecimiento de Pamela Almánzar, una madre de 29 años, ha puesto nuevamente en evidencia los riesgos asociados con las malas prácticas médicas en el ámbito de las cirugías estéticas en el país.
Pamela acudió al Centro Médico y Diagnóstico Arroyo Hondo el 16 de diciembre para una reducción de senos, motivada por dolores de espalda. Durante la consulta, el controvertido cirujano Edgar Contreras le sugirió procedimientos adicionales, incluyendo una abdominoplastia y una liposucción, lo que incrementó considerablemente los riesgos quirúrgicos.
Tras la operación, Pamela experimentó complicaciones graves, entre ellas la necesidad de transfusiones. A pesar de su estado crítico, fue dada de alta sin mejoras evidentes. Regresó al centro médico buscando atención, pero fue rechazada. Finalmente, falleció el 26 de diciembre a causa de un tromboembolismo pulmonar, una complicación común en cirugías múltiples de alto riesgo.
El doctor Edgar Contreras ya había sido señalado anteriormente por prácticas cuestionables. En este caso, presionó al esposo de Pamela para firmar un documento que lo eximía de responsabilidades, lo que ha generado indignación y dudas sobre la ética de su práctica.
La Sociedad Dominicana de Cirujanos Plásticos confirmó que Contreras no es miembro de la organización, lo que refuerza las críticas hacia su trabajo.
El Ministerio de Salud Pública ordenó el cierre temporal de los quirófanos del centro médico mientras se investiga el caso. Las autoridades revisan la documentación médica y recaban testimonios para determinar responsabilidades.
El padre de Pamela ha exigido que las autoridades tomen medidas para evitar que tragedias como esta se repitan. Aunque la familia reconoce que Pamela conocía los riesgos, denuncian que fue presionada a aceptar procedimientos que resultaron ser fatales.
Este caso destaca la necesidad de mayor regulación en el sector de la cirugía estética en República Dominicana, incluyendo:
- Supervisión estricta de profesionales y clínicas.
- Educación a pacientes sobre los riesgos.
- Acciones legales contundentes contra prácticas médicas negligentes.
La muerte de Pamela no solo es una tragedia personal, sino un recordatorio de los peligros que enfrentan quienes buscan mejorar su calidad de vida a través de procedimientos quirúrgicos, y de la necesidad de un cambio profundo en el sistema de salud estética del país.
OTRAS NOTICIAS