Más detalles caso Julissa y Juana Salazar

La comunidad de Buenos Aires, en el distrito municipal de Quita Sueños, Cotuí, está devastada por el trágico asesinato de Julissa Germán Salazar y su madre, Juana Salazar, a manos de su expareja, Johan Mejía. Este lamentable suceso ha conmocionado a la localidad, dejando un profundo vacío en la familia y despertando gran consternación por la violencia que ha sacudido su entorno.

Julissa fue ingresada en el Hospital Inmaculada Concepción de Cotuí tras haber sido baleada por Mejía. A pesar de los esfuerzos médicos, su condición fue crítica, diagnosticada con muerte cerebral, y finalmente falleció debido a la gravedad de sus heridas. Durante el mismo ataque, Juana Salazar, madre de Julissa, perdió la vida al recibir un disparo en la cabeza.

Según fuentes cercanas a la familia, Julissa había sido advertida previamente sobre los peligros de interactuar con Mejía, quien ya la había amenazado en múltiples ocasiones. Aunque en el pasado presentó una querella en su contra, la joven decidió retirarla, lo que permitió que el agresor quedara sin consecuencias legales inmediatas.

"Yo le advertí que no siguiera viéndolo, pero ella decidió que no quería volver a la casa porque él la estaba amenazando", comentó un familiar visiblemente afectado por la tragedia. La comunidad se pregunta si el desenlace podría haber sido diferente si se hubiera mantenido la denuncia contra Mejía.

A pesar de los consejos para que se mantuviera alejada, los encuentros entre Julissa y su expareja parecen haber alimentado la obsesión de Mejía. Familiares y vecinos lamentan la trágica pérdida, expresando su frustración y dolor. "Los hijos se salvaron porque la pistola se le encasquilló", relataron, destacando el peligro al que estuvieron expuestos más miembros de la familia.

Actualmente, Johan Mejía sigue prófugo y armado, lo que mantiene a la comunidad en estado de alerta. Las autoridades han instado al agresor a entregarse y han redoblado esfuerzos para dar con su paradero. Mientras tanto, la familia y los amigos de Julissa claman por justicia, esperando que este caso no quede impune y que sirva de advertencia sobre los peligros de la violencia intrafamiliar.

Este doloroso caso ha puesto en evidencia la urgencia de tomar medidas firmes para proteger a las víctimas de agresiones, y la importancia de no subestimar las señales de peligro en situaciones de relaciones violentas.

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