SANTO DOMINGO. – La trágica muerte de Pamela Almánzar Valenzuela, de 27 años, tras someterse a varias cirugías estéticas en el Centro Médico y Diagnóstico Arroyo Hondo, ha generado conmoción y llamado la atención sobre la seguridad en este tipo de procedimientos.
De acuerdo con los informes médicos, Pamela falleció debido a una trombosis en las extremidades inferiores y un tromboembolismo pulmonar, complicaciones graves que surgieron días después de las intervenciones. Los procedimientos realizados incluyeron abdominoplastía, liposucción de espalda y glúteos, y mamoplastía, una combinación de alto riesgo que fue llevada a cabo en una sola jornada quirúrgica.
El viceministro de Garantía de la Calidad de Salud Pública informó que, tras una revisión inicial, los documentos del centro médico, incluyendo el historial clínico de la paciente, estaban en regla. Sin embargo, como medida precautoria, se ordenó el cierre temporal de los quirófanos del centro mientras se realizan inspecciones detalladas.
Entre las acciones emprendidas se incluyen:
- Auditorías técnicas para evaluar el cumplimiento de los protocolos.
- Entrevistas con el personal médico involucrado en los procedimientos.
- Revisión de los estándares aplicados en las intervenciones quirúrgicas realizadas.
El cierre de los quirófanos permanecerá vigente hasta que se concluyan las investigaciones, cuyo propósito es determinar si hubo negligencia o fallos en los protocolos de seguridad.
Este caso pone nuevamente en el foco la necesidad de fortalecer la regulación de las clínicas estéticas y garantizar un mayor control para proteger la salud y la vida de los pacientes.