En Washington, Estados Unidos, el Gobierno anunció este miércoles que se desplegarán agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante la celebración del Super Bowl, que se llevará a cabo el próximo 8 de febrero en Santa Clara, California. El evento, seguido por millones de espectadores en todo el mundo, tendrá como figura principal del show de medio tiempo al artista puertorriqueño Bad Bunny, lo que ha generado un debate adicional sobre seguridad y política migratoria.
El anuncio fue realizado por Corey Lewandowski, asesor del Departamento de Seguridad Nacional, en una intervención radial en el programa The Benny Show. Durante su declaración, subrayó que la medida responde a las directrices impulsadas por el presidente Donald Trump, con el objetivo de reforzar la política migratoria en escenarios de alta concentración de público.

Lewandowski enfatizó que “no hay ningún lugar donde se pueda brindar refugio a quienes se encuentran en este país ilegalmente. Ni el Super Bowl ni ningún otro lugar”. Agregó que la aplicación de la normativa migratoria será estricta, sin importar el contexto ni las figuras convocadas en el evento deportivo.
De igual manera, señaló que la ley se aplicará con la misma rigurosidad en cualquier actividad masiva: “Sin importar que se trate de un concierto de Bad Bunny, vamos a aplicar la ley en todas partes. Vamos a garantizar la seguridad de los estadounidenses. Es una directiva del presidente. Si estás en este país sin documentos, hazte un favor: vete a casa”. Estas palabras generaron gran repercusión al ser interpretadas como una advertencia directa hacia las comunidades migrantes que residen en Estados Unidos.
El funcionario también manifestó su desacuerdo con la elección del artista puertorriqueño como protagonista del espectáculo de medio tiempo. Según expresó, “es una vergüenza que hayan decidido elegir a alguien que parece odiar tanto a Estados Unidos para representarlos en el descanso del partido”. Sus declaraciones añadieron un matiz político y cultural al debate ya existente en torno al Super Bowl.

La designación de Bad Bunny como figura central del show ha tenido gran eco en medios de comunicación y redes sociales. Se trata de la primera vez que un artista latino encabeza en solitario el espectáculo de medio tiempo, lo que marca un hito para la representación hispana en uno de los escenarios más influyentes del entretenimiento mundial. Sin embargo, la decisión también ha despertado críticas en sectores conservadores que cuestionan las posturas del cantante sobre temas sociales y migratorios.
Cabe recordar que, en entrevistas pasadas, Bad Bunny había expresado que evitó realizar presentaciones en ciudades estadounidenses durante una gira internacional debido al temor de operativos del ICE. Estas declaraciones, retomadas ahora en el marco del anuncio oficial del Gobierno, han reavivado la controversia sobre la relación entre cultura, migración y política en Estados Unidos.
El Super Bowl, más allá de ser el campeonato más importante del fútbol americano, se ha consolidado como un espectáculo global. El show de medio tiempo es visto por millones de espectadores dentro y fuera de Estados Unidos, convirtiéndose en una vitrina artística de enorme impacto mediático. La inclusión de Bad Bunny, considerado uno de los exponentes más influyentes de la música urbana a nivel internacional, incrementa el interés de la comunidad latina y del público mundial.

La decisión del Gobierno de desplegar agentes del ICE durante el evento añade un componente de atención especial a la seguridad. Según fuentes oficiales, las medidas buscan garantizar un control estricto en el acceso y permanencia en el recinto deportivo, en línea con los protocolos de protección nacional. Aunque no se han detallado los alcances específicos del operativo, se espera que la presencia de agentes migratorios forme parte de un dispositivo más amplio de vigilancia y prevención.
La combinación de un espectáculo cultural de gran magnitud con medidas de control migratorio ha generado un debate que trasciende el ámbito deportivo. Mientras algunos respaldan la decisión como un esfuerzo por garantizar la seguridad de los asistentes, otros consideran que puede interpretarse como una estrategia política que pone en tensión a comunidades hispanas y migrantes en general.
El próximo 8 de febrero, el Super Bowl en Santa Clara no solo definirá al campeón del fútbol americano, sino que también se convertirá en escenario de atención política y social. La participación de Bad Bunny marcará un hito histórico para los latinos en Estados Unidos, al tiempo que la presencia de agentes del ICE reforzará la vigilancia en un evento que combina entretenimiento, deporte y política en una sola jornada de repercusión mundial.