En el río Paraná
Paraná, Brasil – En un acto de extrema violencia y venganza, un hombre acabó con la vida de sus tres hijas, un suceso que ha dejado a la comunidad local en estado de shock. Rafael Ortiz, el padre de las menores, las asesinó antes de arrojarlas al río Paraná, como parte de un cruel acto dirigido a vengarse de su expareja, madre de las niñas.
Una de las víctimas, una niña de apenas 1 año y 9 meses, murió por un fuerte traumatismo craneoencefálico, causado por un golpe en la cabeza. La doctora Raquel Cáceres, médica forense del Ministerio Público, informó que la menor fue asesinada antes de ser arrojada al agua. La tragedia ocurrió aproximadamente cinco días atrás, en la madrugada del lunes pasado.
Tras la muerte de la pequeña, Ortiz ató su cuerpo al de sus otras dos hijas, quienes también fueron lanzadas al río, donde se ahogaron. Las dos niñas mayores fallecieron por asfixia por inmersión, según los detalles proporcionados por las autoridades forenses.
El terrible suceso fue impulsado por la venganza de Ortiz, quien, después de haber sido rechazado por su expareja, comenzó a amenazarla con lanzarse al río junto a las niñas si ella no reanudaba la relación. La mujer, quien había decidido poner fin a un ciclo de violencia que duró ocho años, había terminado la relación tres meses antes, lo que desencadenó la furia de Ortiz.
Un vecino que se enteró de las amenazas de Ortiz se acercó al río Paraná el domingo por la noche, pero no encontró la canoa en la que supuestamente el hombre se había llevado a las niñas. Sin embargo, después de intentar persuadir a Ortiz para que regresara con las niñas, se perdió el contacto, y el cuerpo sin vida de las niñas fue encontrado más tarde en la canoa, a unos 3,000 metros aguas abajo.
El fiscal Edgar Benítez, encargado del caso, comentó que inicialmente se pensaba que el suceso podría haber sido un chantaje, pero las circunstancias han revelado una tragedia mucho más grave. Las autoridades continúan investigando y se encuentran analizando todos los detalles del caso.
En cuanto al canoero y el abuelo de las niñas, ambos han sido imputados por posibles cargos de ocultamiento de información, ya que se sospecha que no brindaron datos clave que podrían haber ayudado en la resolución del caso.
Este acto de violencia extrema ha conmocionado a la comunidad, que aún trata de procesar la magnitud de la tragedia que se desarrolló en las aguas del río Paraná. Las autoridades continúan trabajando para esclarecer todos los pormenores del crimen y garantizar que los responsables enfrenten la justicia.