En Washington, Estados Unidos, la Casa Blanca reiteró su postura firme contra Nicolás Maduro en medio de nuevas tensiones generadas por el despliegue militar en el mar Caribe. La administración del expresidente Donald Trump volvió a vincular al mandatario venezolano con el narcotráfico internacional y aseguró que seguirá utilizando “todas las herramientas a su disposición” en esta lucha.
La portavoz presidencial Karoline Leavitt declaró que no es posible anticipar decisiones específicas respecto al uso de fuerzas militares, pero enfatizó que Washington no tolerará el ingreso de drogas a su territorio. “Nicolás Maduro es un dictador y ha sido imputado”, señaló, en referencia a los procesos judiciales abiertos contra él en tribunales de Estados Unidos.

Leavitt destacó que varios países del Caribe y de la región respaldan las operaciones antidrogas de Washington, y subrayó que el compromiso del Ejecutivo estadounidense es proteger a la población de lo que calificó como “venenos mortales”. Reiteró, además, que el régimen de Maduro no constituye un gobierno legítimo, sino un “cartel narcoterrorista”, expresión que la Casa Blanca ha repetido en los últimos meses.
En declaraciones ofrecidas el 26 de agosto, la portavoz insistió en que Trump está preparado para emplear todos los recursos del poder estadounidense con el objetivo de frenar el narcotráfico. En ese contexto, describió a Maduro como “un jefe fugitivo de un cartel”, acusado de enviar drogas hacia Estados Unidos y con una recompensa de 50 millones de dólares vigente por información que conduzca a su captura.

La respuesta del gobierno venezolano llegó a través del canciller Yván Gil, quien acusó a Washington de actuar con “desesperación y difamación”. Según sus palabras, las imputaciones carecen de fundamento y forman parte de una estrategia fallida que, lejos de resolver los problemas, “pone en riesgo la estabilidad de toda la región”.
Gil agregó que Caracas continuará defendiendo su soberanía e independencia, insistiendo en que la verdadera eficacia contra el crimen requiere “respeto a los pueblos”. Este intercambio de declaraciones se enmarca en un escenario de alta tensión diplomática, marcado por acusaciones cruzadas y la decisión de Washington de reforzar sus acciones en el Caribe frente al régimen venezolano.

