Angelina Rodríguez
hace 8 horas · Actualizado hace 8 horas
En el sector de Matanzas, la vida de Angelina Rodríguez cambió drásticamente tras un brutal ataque perpetrado por su expareja, Manuel Rafael Hernández, el pasado jueves. A pesar de las graves heridas y quemaduras, Angelina logró sobrevivir, pero hoy vive con el temor constante de que su agresor vuelva para terminar lo que empezó.
Según narró desde su hogar, Angelina explicó que el ataque comenzó tras su decisión de no seguir conviviendo con Hernández. Él llegó a su casa en una pasola, armado con un cuchillo y un recipiente de gasolina.
“Esto es lo que yo te traje”, le dijo mientras rociaba gasolina sobre su cuerpo y encendía un fósforo. Aunque logró bloquear el primer intento con una almohada, el fuego consumió parte de su vivienda y su cuerpo. En medio del caos, recibió además dos puñaladas.
Han pasado 16 días desde el ataque, pero Angelina asegura que el miedo y el dolor no la abandonan. Su agresor continúa libre, lo que aumenta su sensación de vulnerabilidad. Además, su hija de 10 años, quien fue testigo del ataque, enfrenta pesadillas y traumas psicológicos.
“El dolor de las quemaduras y el miedo de que él vuelva no me dejan dormir. Mi hija también está afectada. Solo quiero que esto termine y que él pague por lo que hizo”, expresó Angelina, con evidente angustia.
La familia de la víctima ha alzado su voz para exigir justicia. Rosanny Rodríguez, prima de Angelina, manifestó su indignación por la impunidad:
“Quemar a una persona viva de esa manera no puede quedar impune. Es inaceptable que un agresor de esta magnitud siga en libertad”.
La familia hace un llamado urgente a las autoridades para garantizar la seguridad de Angelina y de su hija, evitando que esta historia termine en tragedia.
Angelina no solo enfrenta las secuelas físicas de las quemaduras y las heridas, sino también el trauma psicológico. “No puedo comer bien, no puedo moverme como antes, y el miedo no me deja tranquila”, confesó.
Este caso evidencia una vez más la necesidad de fortalecer las políticas de protección para las mujeres víctimas de violencia y garantizar que los agresores enfrenten las consecuencias de sus actos.
Mientras las autoridades prometen avanzar en las investigaciones, la comunidad de Matanzas y la familia de Angelina siguen clamando por justicia y medidas inmediatas que brinden seguridad a la víctima y su hija.
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