Santo Domingo. La conmoción por la muerte del joven prospecto de béisbol Ismael Ureña Pérez, de apenas 14 años, ha generado un fuerte llamado a la acción contra el uso de esteroides en el deporte juvenil. Su fallecimiento, causado por una inyección de esteroides veterinarios mutantes, ha llevado a su familia y a la Fundación Familia Sin Violencia (FUNFASINVI) a iniciar una lucha por justicia y por reformas en el sistema deportivo del país.
El abogado de la familia, Orlando Aracena, quien también preside FUNFASINVI, denunció que el principal acusado, Yordy Cabrera, continúa sin enfrentar cargos. Aracena destacó la necesidad urgente de establecer una legislación que penalice severamente a los dueños y dirigentes de academias que administren sustancias prohibidas a menores de edad, incluyendo sanciones penales y económicas en la nueva ley de contratos para jugadores.
La familia Ureña Pérez, devotos de la iglesia cristiana Fuente de Agua de Vida, ha sufrido varias pérdidas debido al uso de esteroides. Dos hermanos de Ismael también fueron víctimas de estas sustancias, lo que evidencia un problema sistemático en el entorno deportivo.
Iris Pérez, madre de Ismael, lamentó las amenazas recibidas durante su lucha por justicia, pero afirmó que no cesarán hasta lograr que los responsables enfrenten las consecuencias.
Para crear conciencia y presionar por cambios, la familia y FUNFASINVI han convocado a protestas a partir del próximo martes, buscando sensibilizar a las autoridades y a la sociedad sobre los peligros del uso de esteroides en jóvenes deportistas.
El caso de Ismael pone en evidencia una práctica alarmante dentro de las academias de béisbol, donde el uso de esteroides para mejorar el rendimiento es frecuente. Estas sustancias no solo amenazan la salud física de los jóvenes, sino que también afectan su bienestar emocional y futuro deportivo.
La familia, junto a organizaciones sociales, ha solicitado:
- Investigaciones exhaustivas sobre el uso de esteroides en academias.
- Reformas legales para regular el manejo de estas sustancias y sancionar su uso en menores.
- Programas de prevención y educación para concienciar a jóvenes y entrenadores sobre los riesgos de estas prácticas.
La muerte de Ismael Ureña Pérez es un llamado urgente a proteger a los talentos jóvenes y a garantizar un entorno deportivo seguro y ético.