Selena Martínez
hace 5 días
Tamboril, Santiago. Selena Martínez vive con un miedo constante tras la decisión judicial que permitió la libertad de su expareja, José Wilmaily Peña, acusado de atacarla brutalmente mientras estaba embarazada de seis meses. Este hecho no solo le ocasionó la pérdida de su bebé, sino que también le dejó heridas graves y un trauma emocional profundo.
"Yo voy a ser una víctima más, lo soltaron y sé que a mí me van a quitar la vida, porque son gente que consumen drogas", declaró entre lágrimas Selena, al tiempo que responsabilizó directamente a las autoridades de cualquier daño que pueda sufrir.
El caso ha causado una ola de indignación en la comunidad de Tamboril, provincia de Santiago, donde los residentes han expresado su rechazo a la decisión judicial y su apoyo a la víctima. La medida de coerción impuesta al agresor, una garantía económica de 20 mil pesos, ha sido ampliamente criticada, especialmente por organizaciones de derechos humanos que consideran insuficiente este tipo de sanciones para proteger a las víctimas de violencia de género.
Exigencias de justicia
Selena señaló a la jueza Wendy Tavárez, de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Judicial de Santiago, como responsable de la liberación de Peña, pese a los antecedentes y la gravedad del caso.
"Presiento que voy a ser una más en las estadísticas. Esto no es justicia, esto es desamparo", expresó Selena, quien sigue recuperándose tanto física como emocionalmente.
Reacciones de la comunidad
El caso ha desatado un intenso debate sobre las medidas judiciales en casos de violencia de género. Organizaciones sociales y activistas han solicitado mayor protección para Martínez, así como la revisión de la medida impuesta al acusado.
"Las víctimas necesitan medidas reales de protección, no promesas vacías. La vida de Selena está en peligro", declaró un representante de una organización de derechos humanos local.
Mientras tanto, la comunidad exige a las autoridades garantizar la seguridad de Selena para evitar que este caso tenga un desenlace fatal.
Un llamado urgente
Este trágico episodio pone nuevamente en evidencia las deficiencias del sistema judicial para proteger a las mujeres víctimas de violencia y evitar que situaciones como esta se repitan. La comunidad de Tamboril se mantiene alerta, exigiendo que se haga justicia antes de que sea demasiado tarde.
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