Arthur Morais Carvalho Nascimento
JAGUARIÚNA, BRASIL – Un doloroso incidente ocurrido el sábado pasado ha dejado consternada a la comunidad de Jaguariúna, en el estado de São Paulo. Arthur Morais Carvalho Nascimento, de tres años, perdió la vida tras sufrir la picadura de un alacrán dentro de su hogar. El niño fue trasladado al Hospital Municipal Walter Ferrari, donde se determinó que debía ser transferido al Hospital de Clínicas (HC) de la Unicamp para recibir el antídoto específico, debido a que el suero antiescorpión no estaba disponible en el hospital local.
La madre de Arthur describió el doloroso momento en que su hijo, llorando, acudió a ella. Al revisar la bota del pequeño, encontró al alacrán en su interior. “No entiendo por qué no tenían el suero en el hospital local. Tardamos 40 minutos en llegar a Unicamp y al llegar, aún tuvieron que preparar la habitación. Pasó cerca de una hora antes de que le administraran el suero”, relató, visiblemente afectada.
Arthur fue atendido rápidamente al llegar al HC de Unicamp, donde los equipos de pediatría y toxicología le aplicaron el suero. Aunque mostró una leve mejoría, su estado empeoró horas después, siendo intubado debido a fuertes dolores en el pecho. Trágicamente, falleció en la mañana del domingo.
El Ayuntamiento de Jaguariúna confirmó el traslado y lamentó el deceso del niño, sin dar respuesta a las críticas sobre la falta de suero antiescorpión en el hospital municipal. Por su parte, el Hospital de Clínicas de la Unicamp aseguró que Arthur recibió atención inmediata a su llegada.
En respuesta al caso, la Secretaría de Salud del Estado de São Paulo recordó que existen 221 Puntos Antivenenos Estratégicos (PESA) distribuidos en el estado, diseñados para ofrecer tratamiento rápido, especialmente a niños menores de 10 años. Además, se ha puesto a disposición un mapa interactivo para ayudar a la población a localizar el centro antivenenos más cercano.
Este trágico evento pone en evidencia la necesidad urgente de contar con suministros esenciales en hospitales locales, especialmente en áreas vulnerables. La pronta disponibilidad de antídotos y la capacitación del personal para responder ante picaduras de animales venenosos son vitales para reducir estos casos fatales, particularmente en zonas rurales y en épocas de calor y lluvias, cuando aumentan los incidentes con alacranes.
La muerte de Arthur es un doloroso recordatorio de la importancia de una infraestructura hospitalaria robusta, que asegure atención rápida y eficaz para salvar vidas ante este tipo de emergencias.