Karla María Moya Boada

Este miércoles, el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional inició el juicio de fondo contra Karla María Moya Boada, una ciudadana venezolana acusada de realizar cirugías estéticas utilizando títulos de graduación falsificados.

Moya Boada enfrenta cargos por violar la Ley General de Salud Pública (42-01) mediante la usurpación de título y falsificación de documentos para hacerse pasar por médico. El juez Rigoberto Sena, de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, dictó una medida de prisión preventiva de tres meses para Moya Boada, quien deberá cumplir la condena en la cárcel de Najayo.

La acusada, junto con el establecimiento Láser Point Rejuvenecimiento Center, está siendo investigada tras la intervención del Ministerio de Salud Pública, que apoderó al Ministerio Público para ampliar la pesquisa sobre los procedimientos realizados por Moya Boada.

El abogado del Ministerio de Salud Pública, Pablo Miguel José Viloria, informó que el centro de Moya Boada, ubicado en la avenida Independencia, en el sector de Gascue, había estado operando de manera ilegal durante dos años. A pesar del cierre de la clínica Ki Centro Médico Integral del Caribe por violaciones a la Ley General de Salud, Moya Boada continuó ejerciendo la medicina sin las acreditaciones requeridas.

Moya Boada fue arrestada cuando intentaba salir del país por el Aeropuerto Internacional de Punta Cana, a pesar de tener una orden judicial en su contra. Ella figura junto a Ignacio Olivares González en la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (ONAPI) como titular del consultorio Ki Centro Médico Integral del Caribe, registrado en febrero de 2011. El centro no posee registro mercantil ni está matriculado en la Dirección General de Impuestos Internos.

En su perfil de Instagram, Moya Boada se presenta como especialista en una variedad de tratamientos estéticos, incluyendo retiro de biopolímero facial, endolifting, armonización facial, así como citas ginecológicas y procedimientos de rejuvenecimiento y estética íntima. Estos servicios incluyen también relleno de labios, aumento del punto G y Laserlipólisis, todos ofrecidos sin la debida certificación profesional.